Quizás ya oíste hablar del fenómeno denominado quiet quitting o renuncia silenciosa. Comenzó hace un par de años, cuando numerosas personas en todo el mundo se replantearon sus empleos por sentirse psicológicamente insatisfechas con su trabajo. O porque su salario les parecía injusto y las tareas poco apropiadas a su cargo.
El descontento es bastante generalizado: se estima que solo el 23% de las personas siente motivación y satisfacción con su empleo actual, según datos de Gallup, consultora especializada en empleo. Esto quiere decir que, el 77% no trabaja con la motivación necesaria. ¿Es tu caso? ¿Qué tan grave es? ¿Te estás planteando dejar un empleo porque sientes que no puedes más?
En este artículo hablaremos sobre las claves de este fenómeno y cómo debes reflexionar sobre la decisión de cambiar de empleo porque sientes que no puedes más.
¿Qué es el quiet quitting o renuncia silenciosa?
El quiet quitting, que se traduce al español como renuncia silenciosa, consiste en hacer únicamente las tareas y las horas acordadas en tu contrato. Se trata de una actitud o filosofía de trabajo que de momento no está definida en los diccionarios oficiales pero que en algunos diccionarios coloquiales se recoge como:
Actitud de la persona trabajadora que continúa en su trabajo de manera presencial pero mentalmente se aleja y hace lo mínimo imprescindible para seguir adelante
Término creado por las compañías para hacer referencia a los empleados que desempeñan solo las tareas que definen su contrato laboral. Típicamente usado para avergonzarlos.
Sin embargo, hay un gran debate sobre si limitarte a hacer solo las tareas que te corresponden debe ser considerado una renuncia o si, por el contrario, es precisamente lo mejor para la salud.
Después de la Gran Dimisión, llegó el quiet quitting
El fenómeno del quiet quitting se relaciona con otro que ocurrió en 2021, cuando cuatro millones de estadounidenses renunciaron mensualmente provocando lo que se denominó “la Gran Dimisión”. Poco antes, la Organización Mundial de la Salud ya había catalogado o advertido de los efectos del ‘síndrome del trabajador quemado’ (burnout). Los expertos, por tanto, no se extrañan de que después de todo esto llegara la renuncia silenciosa en 2022.
“Durante los últimos 20 años muchas personas se unieron a una cultura global de exceso de trabajo, en la que el trabajo no remunerado se convirtió en algo que se daba por hecho en muchos trabajos”, escribe Nilufar Ahmed, profesora de Ciencias Sociales. Después de la pandemia global y la incertidumbre del mercado laboral y económico, los jóvenes no tienen las mismas oportunidades que sus padres y esto afecta a su modo de entender el trabajo.
A favor o en contra del quiet quitting
Dos años después de la propagación de esta actitud, seguimos preguntándonos por el quiet quitting o renuncia silenciosa. Los expertos aseguran que es beneficioso para los trabajadores limitar su actividad laboral a lo estrictamente estipulado en sus contratos de trabajo. Los estudios demuestran que tener un equilibrio entre nuestra vida laboral y personal está relacionado con nuestra salud mental.
En realidad, y pese a que hay quien se empeña en desprestigiarlo, lo cierto es que los trabajadores que se acogen a esta práctica no están haciendo nada que no deban: hacen su trabajo de manera satisfactoria, por el tiempo que está definido (y aceptado). La única diferencia es que no dedican horas de más o aceptan tareas que en realidad no les debería corresponder.
De esta manera consiguen un mayor bienestar mental porque no lo sacrifican, no llegan a “quemarse”, agotarse o estresarse. Una vez que terminan su jornada laboral desconectan y, por supuesto, no se llevan el trabajo a casa (ni física ni mentalmente). Esto les permite priorizar sus necesidades e invertir su tiempo en actividades de ocio, con la familia o con sus amigos.
¿Cuál puede ser el aspecto negativo de este comportamiento? La no disponibilidad a hacer un esfuerzo extra aumenta el riesgo de despido (en caso de que haya que despedir a alguien), de no tener una promoción a un cargo superior o de no tener subidas salariales.
Asimismo, es posible que pierdan la confianza de la compañía, ya que la mentalidad empresarial aún sigue premiando el sobreesfuerzo. A quienes más les preocupa esta tendencia es a las empresas, ya que esto puede derivar en un mayor descompromiso del equipo que puede derivar en menos productividad. Sin embargo, cuando alguien toma este tipo de decisión, la empresa debería preguntarse qué razones hay detrás, revisar las condiciones de sus empleados, sus motivaciones y actuar en caso de que sea necesario.
Qué motivos pueden provocar un descontento con tu puesto de trabajo
¿Qué puede haber detrás de un descontento laboral? Las razones pueden ser muy variadas. Cada persona afronta de manera diferente su relación con el trabajo, pero según los datos estadísticos, generalmente los motivos principales que llevan a los trabajadores a cambiar de empleo suelen ser un descontento con el salario, con su crecimiento profesional, con el exceso de carga laboral y responsabilidades.
Antes de tomar la decisión de cambiar de trabajo plantéate si los motivos de insatisfacción pueden ser pasajeros o pueden solucionarse tras una conversación con el equipo de recursos humanos de tu empresa. Por ejemplo: un conflicto con un responsable o compañero, una etapa puntual de estrés o la denegación de un aumento de sueldo. Son circunstancias que pueden eternizarse o ser pasajeras.
Averígualo antes de tomar una decisión trascendental, ya que esta te puede llevar a cometer un error. Si te encaja la cultura de la empresa y disfrutas compartiendo su aporte a la sociedad, quizá puedas cambiar de puesto dentro de la misma compañía. No lo desestimes.Si los motivos son estructurales o permanentes, probablemente sí que debas pensar en reajustar el plan de carrera y buscar un cambio de empleo.
Señales que pueden activar la alarma
Falta de reconocimiento laboral
Está demostrado que el reconocimiento del trabajo de los empleados aumenta su productividad y su nivel de compromiso. Si sientes que te falta, quizás eso sea un problema que no debes dejar pasar. Reflexiona sobre las posibles causas de esa falta de reconocimiento. En ocasiones un exceso de humildad puede ser el motivo. No se trata de autoelogiarse continuamente, pero sí de reivindicar tu trabajo bien hecho. Busca y establece alianzas con tu equipo. A veces, la motivación es un trabajo de varios y si hay una buena relación entre tus colegas, podréis ayudaros a mantener el ánimo cuando el problema se encuentra en esferas superiores.
Falta de oportunidades de crecimiento
Si ya llevas varios años en tu empresa, en el mismo cargo y sientes que no hay posibilidades de ascenso o de crecimiento profesional, esto también puede afectar a tu motivación.
La primera solución es comunicar tu preocupación a recursos humanos. Ellos quizás puedan encontrar una solución: cada vez más empresas promueven la formación continua entre sus equipos de trabajo. Adquirir nuevos conocimientos y competencias te ayudará a renovar tu motivación y, además, a planificar mejor un posible ascenso.
En otras ocasiones, lo único que queda es aceptar la realidad de la situación. Cuando los niveles de la desmotivación son demasiado altos y sientes que realmente no puedes más, el quiet quitting tampoco solucionará gran cosa. La mejor solución será que te replantees tu plan de carrera y, con calma y estrategia, comiences a prepararte para cambiar de trabajo.